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Dejando atrás una rencilla entre dos países aliados que se remontaba al gobierno del presidente Donald Trump.
Durante una reunión el martes en Baltimore, ambas naciones anunciaron un acuerdo que eliminará los aranceles al acero y aluminio británico que esté por debajo de las nuevas cuotas de importación. El gobierno británico, por su parte, accedió a retirar los aranceles que había impuesto en represalia a productos de Estados Unidos, incluyendo el whiskey.
“Destilerías de todo EU aplauden el final de esta larga pesadilla arancelaria”, dijo Chris Swonger, director general del Consejo de Bebidas Alcohólicas Destiladas, en un comunicado.
En 2018, el entonces presidente Trump impuso aranceles del 25% a la importación de acero y de 10% al aluminio, calificando a los metales extranjeros como una amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos, una medida que indignó a británicos, europeos y otros añejos aliados estadounidenses. Aunque el mandatario Joe Biden ha criticado a Trump por distanciarse de naciones aliadas, una vez que asumió la presidencia tardó en revertir los aranceles a los metales, los cuales son populares en estados productores de acero que tienen un gran peso político.
El año pasado, el gobierno de Biden llegó a un acuerdo con la Unión Europea para retirar los aranceles a los metales del bloque en cantidades por debajo de las nuevas cuotas de importación y manteniendo el gravamen en los excedentes.
Durante todo ese tiempo, los detractores señalaron que los aranceles de Trump al acero y aluminio no tenían un gran impacto en atender el verdadero problema que enfrentan los productores estadounidenses: la sobreproducción china. Pero Estados Unidos ya rechaza la mayoría del acero procedente de China.
Según el acuerdo dado a conocer el martes, las compañías acereras chinas en Reino Unido aún deben someterse a auditorías anuales para garantizar que el acero chino no ingrese a Estados Unidos libre de gravamen.