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El presidente de China, Xi Jinping, dijo que el país se apegará a su agenda política pese a la presión de Estados Unidos y otros para permitir una mayor competencia en su sistema económico y reducir el apoyo a la industria estatal.
Xi señaló a una audiencia de funcionarios del partido, líderes militares y empresarios en un discurso este martes que "nadie está en posición de dictar a los chinos lo que debe y no debe hacerse".
El discurso de 80 minutos en Beijing se celebró para conmemorar el aniversario número 40 de la campaña Reforma y Apertura que desató el auge económico del país bajo el liderazgo del entonces líder, Deng Xiaoping.
En comentarios que iban desde la economía al medio ambiente hasta Taiwán y el Mar del Sur de China, Xi presentó su agenda como el resultado lógico de la "era de la reforma" posterior a 1978 y la historia de China en general.
Reafirmó su postura de que el país había entrado en una "nueva era" bajo su liderazgo y estaba preparado para un papel más importante en los asuntos mundiales.
Si bien se observaba el discurso en busca de posibles anuncios de políticas, Xi no ofreció nuevas ideas para impulsar la economía o mitigar las preocupaciones de Estados Unidos. En cambio, reiteró la necesidad de que el Partido Comunista ejerza el liderazgo y el control sobre todos los aspectos del desarrollo del país.
"Lo que se debe reformar y cómo se debe reformar tiene que basarse en el objetivo general de mejorar y desarrollar el sistema socialista con características chinas", indicó Xi. "Reformaremos resueltamente lo que debe o puede cambiar, pero nunca reformaremos lo que no se puede cambiar".
El discurso continuó el tono mesurado, aunque desafiante, que Xi ha infundido en medio de una guerra comercial con Estados Unidos que ha alimentado las preocupaciones sobre la desaceleración de la economía china y los mercados de capital atribulados.
Brindó poca información sobre cómo su Gobierno podría mitigar las demandas estadounidenses en las conversaciones comerciales en curso, incluidas las solicitudes para revertir el apoyo a las empresas estatales y las industrias tecnológicas clave.
De hecho, el discurso de Xi reafirmó la búsqueda china de "innovación autóctona" en "tecnologías centrales".
"No existe un libro de reglas de oro para la reforma y el desarrollo en China, un país con más de 5 mil años de civilización y más de mil 300 millones de personas", declaró Xi.
Se espera que los líderes comiencen su reunión anual de política económica el miércoles, en la que se podrán presentar planes más detallados.
"Lucharemos resueltamente en una batalla cuesta arriba para prevenir y desactivar los principales riesgos, sacar a la gente de la pobreza y prevenir y controlar la contaminación. China promoverá la conveniencia comercial y seguirá desempeñando el papel de una gran nación responsable", dijo Xi.