¡Síguenos!Tanto perros y gatos tienen formas distintas de comunicarse que nosotros, por lo cual es importante entender que el lenguaje corporal de ellos, nos dirá mucho sobre si las caricias que estamos entregando están siendo acogidas de forma positiva o si por el contrario, puede que lo haga sentir amenazado o incómodo.
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Por otro lado, acariciarlos también nos entrega beneficios a nosotros mismos. Estudios han señalado que ayuda a disminuir la presión arterial, así como a bajar los niveles de depresión y sedentarismo.
En el caso de los perros, cuando la confianza sea mayor, puedes acariciar su cabeza, e incluso la panza y orejas, si es que ya te considera su amigo.
En cuanto a los gatos, si le agradaste o quiere que lo acaricies, lo hará el mismo frotándose contra tu mano. Para comenzar, parte por acariciar su cabeza y atrás de las orejas, siempre usando las yemas de los dedos, jamás las uñas, ya que esto puede molestarle y rasguñarte.