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El gobernador de Puebla, Alejandro Armenta, lanzó una respuesta contundente a las declaraciones de Néstor Camarillo, dirigente estatal del PRI, quien había criticado la presencia de mandos militares en la estrategia de seguridad pública. Durante la conferencia de prensa de este lunes, Armenta cuestionó el origen del priista, haciendo referencia al municipio de Quecholac, conocido por sus problemas relacionados con el robo de hidrocarburo.
“¿De dónde es Néstor? ¡Ah! Quecholac. Fíjense. Ya con eso les digo todo”, declaró Armenta, sugiriendo que la localidad es un reflejo de la falta de autoridad para hablar sobre seguridad. El gobernador remató con una frase que rápidamente se viralizó: “Hay que tener la cola chica para tener la boca grande”.
Horas después, Camarillo matizó sus declaraciones iniciales y expresó su respaldo a la propuesta del gobierno estatal de incorporar a un mando de la Marina en la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), tras el asesinato de dos policías en Bosques de San Sebastián.
El cambio de postura del dirigente priista evidenció la presión política y social que enfrentó, dejando al descubierto la fragilidad de su discurso sobre seguridad.