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Sobre la construcción del próximo gobierno y en el diseño del gabinete, el gobernador electo de Puebla, Alejandro Armenta, mantiene el timón con firmeza y no hay decisiones al pairo, sin calculo o sin control; al contrario, todo tiene cálculo preciso, en sus tiempos y en sus formas.
Desde el puente de mando de ese barco que es hoy el de la transición, y que a partir del 14 de diciembre será gobierno, Armenta mira al horizonte en paz y sin apresuramientos. Está agradecido con Puebla. Respeta las oposiciones. Escucha. Valora. Procesa.
Los más de 34 años en la vida pública lo hacen conocer el territorio poblano, pero también las virtudes y circunstancias de la entidad. Discierne las plumas de la transición. Lo hace desde los tiempos de Mariano Piña Olaya y Manuel Bartlett Díaz.
Luego de la campaña, que quedó atrás con sus naturales fricciones con la oposición, el cielo ha escampado y se disiparon los nubarrones, confía una voz cercana al equipo que prepara, por cierto, el diseño del presupuesto estatal para el Ejercicio Fiscal 2025.
El equipo armentista trabaja y los verdaderamente cercanos, quienes han trabajado con el gobernador electo desde hace dos décadas o más no se inquietan por las etiquetas que el futuro les depare.
Visto así, el mar picado que algunos quieren mirar y que enturbian con filtraciones falsas sobre la alineación del próximo gabinete, no altera el rumbo de los hombres y las mujeres que acompañan al mandatario electo.
Desde el martes, algún amanuense acomedido y de pronta entrega, ya comenzó a recibir dictados que pretenden enrarecer el ambiente. No lo han logrado.
Las especulaciones no tienen cabida. Si alguien mantiene una comunicación permanente con la opinión pública y los actores políticos, desde siempre, es Alejandro Armenta.
Llama la atención, a los ojos realmente observadores, que respecto de las especulaciones sobre el gabinete del próximo gobernador, los más prudentes son aquellos que conocen desde hace mucho tiempo al gobernador electo.
Con esa actitud, ha quedado claro que los más cercanos serán disciplinados con las decisiones del líder de ese equipo, porque han trabajado el proyecto por más de dos décadas; la precocidad no es su estilo. Todos ellos y ellas entienden que son los tiempos de Alejandro Armenta, no de ellos. Los protagonismos fariseos se exhiben de modo grotesco.
Los integrantes del equipo más leal de Alejandro Armenta estarán donde el gobernador electo determine que les serán útiles para construir una “Puebla diferente”, como es la meta.
No todos en la clase política han tenido la capacidad de entender que no importan los nombres ni los cargos; que los prudentes esperan encomiendas, no puestos, no las etiquetas que implica el juego perverso del poder.
Una cosa sí se puede adelantar, por la sintonía que tiene Armenta con la Cuarta Transformación (4T) nacional y el lopezobradorismo: nadie podrá escaparse de la lupa de la honestidad y la transparencia, con la que actuará el gobernador electo.
Y de ahí la lógica en el análisis: quienes esperan un cargo, visualizando las “delicias del poder”, se están equivocando. Se han mostrado, desde su conducta de filtrar supuestos adelantos de puestos que no existen, para satisfacer su ambición por estar y por salir en la foto.
Así que vendrá la tormenta de especulaciones y luego la cabeza gacha de quienes escribieron falsos adelantos del gabinete de Armenta.
Hay que observar con más cuidado y más acuciosidad. Mientras tanto, los pacientes y los prudentes esperan en la tranquilidad que les da saber que han hecho lo que les ha correspondido.
Ah, pero tranquilidad no significa confort, sino más bien la espera del reto que viene y que los pacientes sabrán honrar, porque no será la primera vez que acompañen a Alejandro Armenta en su caminar.
Ahí están las claves que no ven los ciegos.
Como colofón, la canción “Historia de las sillas”, de Silvio Rodríguez:
En el borde del camino hay una silla / La rapiña merodea aquel lugar…
El que tenga una canción, tendrá tormenta / El que tenga compañía, soledad / El que siga un buen camino tendrá sillas / Peligrosas que lo inviten a parar
Pero vale la canción buena tormenta / Y la compañía vale soledad / Siempre vale la agonía de la prisa / Aunque se llene de sillas la verdad…