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El estudio, difundido hoy y que contó con una muestra de 432 personas, no se centra solo en la cantidad de anticuerpos generados sino también en su rendimiento.
Tras varios meses de seguimiento de los pacientes, los resultados obtenidos evidenciaron que, inicialmente, tanto el número como el rendimiento de los anticuerpos era superior entre los pacientes inoculados con dos dosis de la vacuna Pfizer que entre personas que habían pasado la enfermedad.
Con el paso del tiempo, sin embargo, si bien la cantidad de anticuerpos siguió bajando en ambos grupos -más rápido en el primero que en el segundo-, su rendimiento empeoró entre los vacunados mientras que mejoró entre los recuperados.
Por otra parte, y para sorpresa de los investigadores, los datos analizados evidenciaron también que la cantidad y rendimiento de los anticuerpos de los pacientes recuperados con un índice de masa corporal de 30 o superior (en el rango de obesidad) fueron más altos, durante los distintos períodos estudiados, que los de aquellos con un IMC inferior a 30 (personas con sobrepeso o con peso normal).
Esto, apuntaron, sugiere que las personas con obesidad que pasaron la enfermedad están mejor protegidas contra futuras infecciones que aquellos con sobrepeso o peso normal.
“Estos resultados ofrecen información específica de la respuesta inmunitaria que puede explicar la protección diferencial frente al COVID-19 entre individuos previamente infectados y vacunados”, señaló la doctora Carmit Cohen, una de las encargadas de la investigación, que será presentada en abril en el Congreso Europeo de Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas en Lisboa.
Con información de EFE