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La investigación y el hallazgo fueron publicados en la revista científica Nature, cuyo artículo fue escrito por el doctor Ciprian Ardelean, de la Universidad Autónoma de Zacatecas y tres investigadores del INAH, quienes llevaron a cabo los estudios paleontológicos.
En los hallazgos se encontraron fragmentos de hueso animal, restos de plantas y ADN ambiental.
Las nuevos descubrimientos aportan pruebas contundentes de que el poblamiento de América del Norte fue más antiguo de lo que se suponía, por lo menos dos décadas atrás.
Las investigaciones del Dr. Ciprián Ardelean señalan que América del Norte estaba poco poblada, posiblemente, antes del Último Máximo Glacial (LGM, por sus siglas en inglés), que ocurrió entre hace 18,000 a 27,000 años; es decir que existieron grupos humanos anteriores a los Clovis, por mucho tiempo considerados los primeros pobladores de América, con 13,500 años de antigüedad.
Los estudios de laboratorio que se realizaron para llegar a los resultados proporcionados por el INAH se hicieron en laboratorios de Dinamarca, Oxford (RU) y México (UNAM, SLAA-INAH, ENAH), donde se estudiaron muestras microscópicas de hueso, carbón y sedimentos en los que se conservaron polen y fitolitos, así como elementos químicos propios de la acción humana.
Los resultados llevaron a la obtención de datos cronológicos certeros, a partir de más de 50 fechas: 46 por radiocarbono y 6 por Luminiscencia Ópticamente Estimulada (OSL); así como datos genéticos, paleo-ambientales y químicos que documentan entornos cambiantes donde habitaron hombres y mujeres desde hace 30,000 a 13,000 años.
En la Cueva del Chiquihuite también fueron hallados poco más de 1,900 artefactos de piedra que perduraron durante casi 18 mil años de ocupación.
El Dr. Alardean llegó a este sitio después de un año de recorrer a pie y de manera sistemática kilómetros de sierra, en la región de Concepción del Oro, en busca de evidencias humanas antiguas, guiándose por la interpretación de la forma del terreno y con la orientación de lugareños.
En 2010, alcanzó la Cueva del Chiquihuite, ubicada a 2,740 metros sobre el nivel medio del mar y, aproximadamente, 1,000 metros sobre el suelo del valle.
Los primeros vestigios los halló en 2012, a través de un pozo de sondeo que le indicó el potencial arqueológico, y en 2016 comenzó la primera temporada de campo, derivada de un proyecto de investigación avalado por el Consejo de Arqueología del INAH; a la fecha lleva cuatro temporadas de campo.