¡Síguenos!La hora de la comida fuera de casa sería muy distinta si no existieran los tuppers, esos maravillosos recipientes de plástico que contienen nuestros alimentos cuando necesitamos llevarnos nuestros platillos favoritos a la escuela u oficina.
TwittearVisitas: 3366
Sin embargo, por mucho cariño que les tengas llega el momento de cambiar de modelo. Y no es lo decimos porque queramos gastar, sino que, como dice el viejo dicho “todo por servir, se acaba”.
Estos recipientes, que deben su nombre a su creador Earl Tupper, son fabricados con un tipo de plástico llamado polipropileno.
A pesar de que este material es resistente al calor y al deterioro; después de recalentar, cortar sobre ellos y lavarlos constantemente se comienzan a formar hendiduras donde se pueden quedar restos, con lo que se puede alterar el sabor y hasta el aroma de la comida que guardes.
Y no solo eso, tu comida puede ser contaminada con hongos y bacterias que suelen almacenarse en esos pequeños espacios.
Otro punto importante que debemos revisar es que, si presenta manchas que ya no se quitan, ni dejándolo en remojo.
Y, por último, si lo tocas con las yemas de los dedos y presentan una textura rugosa, característica que se forma al usar líquidos abrasivos o exponerlos a un exceso de calor.
Realiza este análisis riguroso a cada uno de tus recipientes, en especial si pasan del año de uso, ya que es el tiempo promedio en que se deben utilizar.
Así que si tu tupper tiene estos desperfectos es mejor que consideres en jubilarlo. Nos pueden ayudar mucho a no gastar en comida callejera y comer más sano, pero lamentablemente ha llegado la hora de sacarlo de tu cocina.