¡Síguenos!El presidente del Tribunal Superior de Justicia, Héctor Sánchez Sánchez, vivió la semana pasada una de las peores etapas de su carrera política que lo dejó fuera del grupo de aspirantes a la gubernatura de Puebla.
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Resulta que primero fue hallado en pláticas secretas con emisarios del exgobernador José Antonio Gali Fayad.
El magistrado presionó para que la columna del periodista Álvaro Ramírez Velasco en la que abordaba la trama fuera desaparecida de todos los medios y nunca entendió que detrás de la imagen difundida de su encuentro en el lujoso restaurante Hunan estaba el mensaje.
(Por cierto, la columna de marras también saca a la luz que hay medios que hasta fungen como cabilderos del abogado, lo que los puso en la lista de “personas de interés”).
Luego se supo que una mujer que denunció violencia vicaria y violación a su hija fue víctima de una nueva agresión, pero esta vez por parte del Poder Judicial en la región de Huauchinango al cambiar la tipificación el delito que se le imputó al victimario y le permitió salir libre bajo caución.
El caso se supo desde comienzos de la semana, pero nadie en el TSJ hizo nada. Ahí se supo que el victimario tenía lazos familiares con el juez de la región. Tras el escándalo y el manotazo en la mesa que dio el gobernador Miguel Barbosa Huerta, el cual fue acompañado de una condena pública, el acompañamiento judicial a la víctima y la reaprehensión del sujeto implicado, entonces, Héctor Sánchez se enteró que debía intervenir y emitió un evasivo comunicado.
Demasiado tarde. Peor aún: la dilación no puede entenderse de ninguna forma, ya que hace unas semanas, el magistrado fue el anfitrión de todos los presidentes de los tribunales locales y ministros, en los que anunció el viraje del Poder judicial poblano hacia una perspectiva de género.
Ya se vio que solo se trataba de un discurso hueco y para ganar reflectores. El asunto se complica todavía más porque Sánchez Sánchez también se llevó entre los pies a su esposa, la diputada local Mónica Silva, una de las principales impulsoras de la recién aprobada tipificación de la violencia vicaria en Puebla.
Por cierto, en la ceremonia por el aniversario luctuoso de Leona Vicario y Carmen Serdán, el mandatario estatal envió un durísimo mensaje al magistrado: Los otros poderes diferentes al Ejecutivo no puede seguir siendo centro de protección de privilegios.
Errores como los cometidos por Héctor Sánchez solo llevan a un camino: la muerte política. El magistrado es, hoy por hoy, un exaspirante en pena que deambula por Ciudad Judicial sin saber que está muerto.
OLIVIA Y EL NUEVO DISCURSO
Vaya grata sorpresa la que dejaron la secretaria de Economía estatal, Olivia Salomón Vibaldo, y la subsecretaria Raquel Medel, en su participación como oradoras de la ceremonia luctuosa de Leona Vicario y Carmen Serdán.
Por lo regular, este tipo de actos oficiales suelen convertirse en aburridas clases de historia, en las que el orador está más interesado en supuestamente hacer una docta monografía del personaje que termina por convertirse en una mala explicación de todo.
Lo que escuchamos de ambas funcionarias fueron emotivos mensajes que transformaron los datos históricos en una búsqueda por develar el alma de ambas mujeres que ganaron un sitio en la historia nacional.
Esto también dio pie a entender que la frescura será la mejor opción para cualquier gobierno, político o funcionario en su defensa de las instituciones e historia patria. Enhorabuena.