¡Síguenos!Por supuesto que, en Puebla, concretamente, hay periodistas valiosos, valerosos, merecedores de reconocimiento.
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También existen los pillos; los que se han enriquecido al amparo del poder del que se dicen lejanos y al que critican cuando les conviene; los mercenarios que sirven al mejor postor; los farsantes que son todo, menos periodistas; los extorsionadores; los mentirosos que piden perdón al político que destrozaron y que, finalmente, le repetirán la dosis.
¿Con cuál de ellos se identifica Fernando Alberto Crisanto Campos, quien tiene abiertas algunas carpetas de investigación por corrupto?
¿Y Jesús Manuel Hernández, el restaurantero “gachupín” que con un sueldo de periodista no le hubiera alcanzado para tener lo que tiene?
¿Y Carlos Martín Huerta Macías, que vivió adulando a Mario Marín, luego lo negó ante Rafael Moreno Valle Rosas, al que juró que siempre comulgó con el PAN?
¿Y Arturo Rueda Sánchez, que hoy narra sus penas entre los barrotes de una fría celda carcelaria?
¿Y el remedo que responde al nombre de Adán Morales, enfermo por no aprenderse los diálogos de la película El Padrino?
¿Y Zeus Munive, con su facha de intelectualoide de taberna, copiando el comportamiento de sus cuates con aires de grandeza?
¿Y Gerardo Pérez García, con un pasado tortuoso que se ha negado a enterrar por su propio bien?
¿Y Rodolfo Ruiz, con su eterno juego de la simulación a buen precio?
¿Y…?
Apenas es una prueba.
Los conozco y me conocen bien.
Lo mismo cobran con la derecha que con la izquierda.
Golpean para negociar su silencio o su apoyo “leal” al político en turno.
Buscan ser financiados para concretar sus campañas negras.
Son parte de la guerra contra los que serán funcionarios en el gobierno de Alejandro Armenta, pero al mismo tiempo adulan haciendo el doble juego, igual que en el proceso interno de Morena y en la campaña que terminó con la elección constitucional.
Intrigaron e intrigan en un afán desquiciado por tirar a Alejandro Armenta.
Su fracaso es palpable.
Aglutinan las camarillas dueñas de oscuros intereses que han acordado investigar para descalificar al armentismo, pero que guardaron $ilencio ante los abusos e impunidad con la que se condujeron Mariano Piña Olaya, Rafael Moreno Valle Rosas, Guillermo Pacheco Pulido, Eduardo Rivera Pérez, Ignacio Mier Velazco, entre otros muchos políticos de historia truculenta.
Es tiempo de que la gente conozca la trayectoria de los periodistas que, como nunca, encontrarán respuesta a la infamia.
POSDATA: Hoy, usted puede ver portales falsos; plumas contratadas para atacar; funcionarios que escriben intentando llamar la atención; información mentirosa en redes; columnas deplorables en medios escritos.
Por supuesto que hay periodistas de calidad; no todo está podrido.
POSDATA 2: Estigmatizar y lanzar golpes es el estilo de los oportunistas que no encuentran otro conducto para filtrarse en los nuevos gobiernos. Vivir fuera del presupuesto es un error; este ha sido su pensamiento permanente.
POSDATA 3: El gobernador electo, Alejandro Armenta, ha abierto la puerta de la oportunidad a todas las corrientes políticas, cumpliendo su palabra. Es responsabilidad de cada uno responder a la confianza.
La eficiencia y eficacia en el trabajo, así como la lealtad institucional y personal, son retos que no todos aprueban.
POSDATA 4: Los últimos nombramientos del Vicealmirante Francisco Sánchez González, secretario de Seguridad Ciudadana; Humberto Aguilar Viveros, secretario ejecutivo del Consejo Estatal del Sistema Nacional de Seguridad Pública; Víctor Manuel Sánchez Ruiz, en el Comité de Participación Ciudadana del Sistema Estatal Anticorrupción, encendieron a los demonios. No les gustó, estigmatizándolos hasta el cansancio.
POSDATA 5: “Pegar para negociar”, es el estilo de los vivales.
Me niego a pensar que en esto también participa el fuego amigo.