El director técnico de Red Bull Racing, Pierre Waché, reconoció públicamente que el monoplaza RB20, utilizado durante la temporada 2024 de la Fórmula 1, enfrentó importantes problemas técnicos, a pesar de que permitió a Max Verstappen ganar el campeonato de pilotos. En declaraciones a medios europeos, admitió que el auto sufrió pérdida de carga aerodinámica en ciertas partes, lo que impactó su equilibrio y rendimiento en la pista.

“La temporada fue tan complicada como esperábamos de antemano. Nos sorprendió más el inicio, pero el final del año fue como lo imaginamos: una gran lucha con los demás”, comentó Waché en entrevista para Motorsport.com.

El bajo rendimiento del RB20 no pasó desapercibido, y el piloto mexicano Sergio ‘Checo’ Pérez se convirtió en el principal señalado por el equipo como responsable de los resultados. Sin embargo, Waché aclaró que los problemas del auto no estuvieron relacionados con el desempeño del mexicano, quien dejó la escudería a finales de 2024.

Estas declaraciones coinciden con lo dicho por Checo Pérez en un evento en la Feria Estatal de León, donde manifestó su sorpresa ante la decisión de Red Bull de prescindir de sus servicios. “Todo ocurrió muy rápido al final de temporada. No esperaba salir del equipo”, aseguró ante miles de fanáticos.

Actualmente, el piloto tapatío disfruta de tiempo con su familia y participa en actividades personales, como un campeonato de fútbol de su hijo mayor. Además, dejó abierta la posibilidad de regresar a la Fórmula 1 en 2025, dependiendo de los proyectos que se le presenten.

Por su parte, Carlos Slim Domit, director de Escudería Telmex, afirmó en una entrevista que confía en que Pérez regresará a la F1 en 2026. Mientras tanto, su padre, Antonio Pérez Garibay, insinuó que su próximo destino podría ser la Fórmula E, aunque esto aún no está confirmado.

Con estas declaraciones, queda claro que la temporada 2024 dejó lecciones para Red Bull Racing y que el futuro de Sergio Pérez en el automovilismo continúa siendo tema de debate.