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El Gobierno Municipal de Puebla, a través de la Secretaría de Gobernación Municipal, presenta el Programa de Reordenamiento del Comercio Informal en el Centro Histórico. En rueda de prensa, el secretario de Gobernación, René Sánchez Galindo, en compañía del coordinador General de Seguridad Pública y Tránsito Municipal, José Tlachi Meneses, anunciaron que a través de este programa se busca un reordenamiento duradero y eficaz del comercio informal.
Dicho programa consta de tres etapas:
1. Monitoreo constante de comerciantes en vía pública por cuadra y por giro.
2. Retiro de giros ilícitos y de dudosa procedencia.
3. Consenso para la reubicación entre agrupaciones de comercio ambulante, cámaras empresariales, universidades y fuerzas políticas.
Actualmente ya se realizan monitoreos constantes para conocer cuántos puestos existen por cada cuadra y por giro, las cifras oscilan entre los 500 y 1500 ambulantes, dependiendo del día de la semana y la hora.
Al respecto, José Tlachi Meneses comentó que, en coordinación con la Secretaría de Gobernación, se implementarán operativos para impedir la venta de artículos de dudosa procedencia o de procedencia ilícita. Además, se apoyará al Departamento de Vía Pública para el aseguramiento de tales productos.
El Secretario de Gobernación mencionó que los giros ilícitos y mercancía de dudosa procedencia no serán incluidos en el programa de reordenamiento y ya se han realizado operativos para evitar la venta de instrumentos prohibidos y celulares de procedencia dudosa, en ambos casos se ha dado parte al Ministerio Público.
El Programa de Reordenamiento del Comercio Informal en el Centro Histórico contempla que a partir de su implementación, en dos meses se realizará el consenso para la reubicación y un mes después de ello se turnará a Cabildo para su revisión y aprobación. Así, en un periodo de seis meses se verificará el cumplimiento del reordenamiento.
Este programa se sustenta en los tres principios que rigen la administración municipal de la ciudad: no corrupción, legalidad y escucha y consideración de todos los grupos sociales, salvo quienes, con sus actos, excluyan; esto con el fin de seguir abonando a una Ciudad Incluyente.