Este 5 de noviembre, Estados Unidos vive un intenso día de elecciones presidenciales, donde millones de ciudadanos han comenzado a acudir a los centros de votación para elegir entre la candidata demócrata, Kamala Harris, y el candidato republicano, Donald Trump, quienes compiten por ocupar la Casa Blanca durante los próximos cuatro años.

La jornada electoral dio inicio en varios estados, entre ellos Connecticut, Nueva Jersey, Nueva York, Virginia, Indiana, Kentucky, Maine y New Hampshire, donde desde las primeras horas de la mañana, miles de votantes comenzaron a emitir su sufragio.

A medida que avanza el día, más centros de votación han abierto en estados clave como Florida, Texas, Pensilvania y Michigan, considerados fundamentales en el sistema del Colegio Electoral. Además de la presidencia, los estadounidenses decidirán en estos comicios sobre otros 529 cargos, que incluyen 11 gubernaturas, diversos escaños en el Congreso y puestos locales.

Con las urnas abiertas en casi todo el país, se espera una jornada de alta participación y competencia cerrada en varios estados “bisagra”.

Los resultados de esta elección podrían definir el rumbo de Estados Unidos en temas clave como economía, salud y relaciones internacionales, y el desenlace podría ser determinante para el futuro político de la nación.