¡Síguenos!Al cruzar la frontera sur de México, se quedó sin recursos para subsistir. Actualmente, la Agencia de la ONU para los refugiados le brinda un lugar seguro para vivir con sus hijos; además todos ellos reciben atención psicológica.
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Al igual que ella, muchas personas han encontrado información que ayuda a salvar vidas o un hogar en los albergues e instituciones que trabajan juntamente con las agencias de la ONU en México.
En este momento, tres entidades de la ONU, la Agencia para los Refugiados (ACNUR), la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, (UNICEF), trabajan en Tapachula, en Chiapas, para apoyar a las poblaciones locales y los flujos migratorios mixtos que atraviesan esa zona del país.
La ONU en México brinda ese apoyo acompañando a las autoridades nacionales como la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR), el Instituto Nacional de Migración (INM) y también al gobierno del municipio de Tapachula.
Hasta julio de 2021, Tapachula concentraba el 70% de las solicitudes de la condición de refugiado. Además, esta ciudad fronteriza recibe diariamente vuelos de personas expulsadas desde Estados Unidos.
“Uno de los focos está en cómo realmente este tipo de asistencia se convierte en un acompañamiento que garantice los derechos de los migrantes y de las personas que buscan refugio, de la forma más humana posible”, explicó Peter Grohmann, máximo representante de la Organización en México.
La coordinación del trabajo de las agencias de las Naciones Unidas con autoridades gubernamentales federales, estatales y municipales permite atender tanto a las poblaciones locales como a las que se encuentran en movimiento.
Gracias a estas acciones coordinadas, es posible facilitar la integración en las comunidades locales y prevenir la discriminación, la xenofobia y otras formas de rechazo.
México, lugar de tránsito y destinoDesde 2014, México ha pasado progresivamente de ser un país de origen, a uno de tránsito y, en la actualidad, a uno de destino, al que llegan personas como Natalia y sus hijos, quienes han sido expulsados o tuvieron que huir de sus hogares debido a la violencia.
El cambio se puede medir con cifras: de acuerdo con las cifras oficiales de México, en 2014 solicitaron la condición de refugiados 2100 personas, en 2019 fueron más de 70.000, y en 2020, por causa de la pandemia por COVID-19, la cifra se redujo a 40.000 peticiones.
Sin embargo, entre enero y noviembre de 2021, México recibió más de 123.000 peticiones de asilo de personas que provienen de Haití, Honduras, Cuba, El Salvador, Chile, Venezuela, Guatemala, Nicaragua, Brasil y Colombia.