El intento de linchamiento ocurrió el pasado sábado, desde las 14:00 horas hasta 19:00 horas, tiempo en el que se vivieron momentos de suma tención, pues los pobladores agredieron a los dos hombres a los que acusaban de secuestradores, y clamaban por quemarlos vivos.

La historia de este intento de linchamiento comenzó a gestarse días atrás, cuando una mujer indicó que hombres a bordo de una camioneta la habían intentado jalonear. La fémina dio datos de las características del vehículo y alguien consiguió una supuesta foto de la unidad.

Así fue como el sábado alrededor de las 14:00 horas alguien en el pueblo vio la presunta camioneta y dio la alarma entre los vecinos. En un inicio cerca de 30 personas aseguraron la camioneta una Chevrolet, color negro, con franja gris, tipo Van, modelo 1993, y retuvieron a los dos hombres que iban a bordo.

Los tripulantes de la camioneta de nombre Hilario y Venancio, de 45 y 43 años, quienes son hermanos y dijeron ser vecinos de Santa Isabel Cholula, fueron retenidos y golpeados. La policía municipal arribó y aseguró a los dos hombres y la camioneta, pero la gente les impidió que se los llevaran, solo permitieron que los trasladaran a la subestación de policía en Santa Martha.

Ahí se reunieron más personas, hasta llegar a ser cerca de 300. Cada vez estaban más agresivos. Desde un principio la policía de Ocoyucan solicitó apoyo de otras corporaciones, acudieron uniformados de las policías Estatal, municipal de Puebla, de San Andrés y otros municipios.

En cuatro ocasiones la policía de Ocoyucan intentó rescatar a los hombres retenidos, pero la población los golpeó. Fue hasta minutos antes de las siete de la tarde cuando acudió personal del Ejército Mexicano adscrito a la Guardia Nacional y así lograron rescatar a los dos hombres.

Cabe señalar que los dos hombres se identificaron plenamente, indicaron que habían ido a la comunidad a entregar unas invitaciones, incluso dijeron a quién las entregarían, también precisaron que momentos antes se habían cortado el cabello en una peluquería local, y la peluquera confirmó esa información, pero la turba estaba sorda y ciega, y pese a lo anterior clamaban por prender fuego a los dos hombres y a la camioneta.

Afortunadamente la oportuna acción de la policía de Ocoyucan y la Guardia Nacional, logró impedir que los hombres fueran ejecutados. Fueron llevados ante la Fiscalía General del Estado, para que la autoridad ministerial fincara o deslindara responsabilidades.