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EFE.- Dos tercios de los estadounidenses que viven en zonas con alto índice de vacunación contra la Covid-19 se encuentran en puntos rojos con alto número de contagios, según un análisis publicado este jueves por el diario The Washington Post.
Para llevar a cabo este estudio, el rotativo consideró como condados con altas tasas de vacunación aquellos con al menos el 54% de su población completamente inmunizada, mientras que en el otro extremo están aquellos con índices de menos del 40% de los habitantes con el esquema completo.
El 4 de julio, sólo un 4% de los residentes en condados con altas tasas de inmunización habitaban puntos rojos de casos de coronavirus -es decir, con alto número de contagios y estos en crecimiento-, frente al 13% de áreas con poca gente vacunada.
La variante Delta comenzó a extenderse inicialmente en zonas de baja vacunación, donde, hasta el 14 de julio, el 28% de sus vecinos residía en lugares con muchas infecciones, frente al 13% de personas en comunidades con tasas altas de inmunización.
La brecha entre los sitios con pocas personas vacunadas y los que tienen muchas se ha estrechado en las últimas semanas con el aumento de los casos en las grandes ciudades de la costa oeste de Estados Unidos, las urbes del sur de Florida y el corredor entre Nueva York y Boston.
En agosto, esa diferencia dejó de existir: dos tercios de los residentes tanto en zonas de mucha vacunación como en las de poca inmunización se encuentran ya en puntos calientes de contagio de la Covid-19.
Aun así, The Washington Post destacó, según los datos que maneja, que es mucho más seguro estar inmunizado si se vive en una zona con muchos casos de la enfermedad que no estarlo.
De hecho, los estados con menos del 40% de su población totalmente vacunada tienen una tasa de ingresos hospitalarios cuatro veces mayor que la de los estados con al menos el 54% de sus habitantes inmunizados.
Hace solo un mes, el optimismo sobre la proximidad del fin de la pandemia reinaba en Estados Unidos por la efectividad de las vacunas, pero la expansión de la variante Delta y la ralentización de la campaña de inmunización suscitan preocupación.
La presencia de esta variante, que ya es la predominante en Estados Unidos, ha hecho que se disparen los contagios y las hospitalizaciones.
Ante esta situación, la Casa Blanca anunció a finales de julio que obligará a los más de 4 millones de trabajadores del gobierno estadounidense a mostrar una prueba de vacunación contra la Covid-19 si no quieren someterse a test semanal, ante el avance de la variante en el país.