¡Síguenos!La red encontrada a la deriva en las costas de Oaxaca con más de 300 tortugas ahogadas, es nada más la parte visible de la falta de protección y cuidado a especies en peligro de extinción.
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Así lo pudo constatar Excélsior en el Área Natural Protegida La Escobilla, un supuesto santuario para las tortugas marinas, que más bien se ha convertido en su tumba.
Caparazones y restos de tortuga por todos lados, huesos para donde voltees y cascarones de huevo en la arena.
Tradiciones de los pueblos pero también depredación para atender una demanda comercial, que hasta hoy sigue vigente.
“Las tortugas en México están protegidas desde mayo 30 de 1990 que fue cuando se decretó la veda total y absoluta, pero nunca se han detenido, por ejemplo, las cuestiones de usos y costumbres de las comunidades que comen tortuga”, advirtió Pedro Gasca Martínez, coordinador estatal de Sea Shepherd México.
Anarquía total en La Escobilla, un sitio bajo el resguardo de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) y la supuesta vigilancia de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa).
En el recorrido pudimos observar siembra de cacahuate en terrenos de conservación cercanos al mar y construcciones de concreto en plena playa, donde no está permitido.
En esta reserva ecológica se aplica la ley del más vivo. Todo se hace en la noche, en la oscuridad. Alrededor de 30 saqueadores se concentran en siete kilómetros del santuario, donde ya no esperan a que la tortuga desove, sino que van por ella hasta el mar, de acuerdo al testimonio anónimo de un huevero.
“Algunos entran al agua para agarrar a la tortuga, se la echan al hombro y la llevan tantito a la playa, a ver si va a desovar o no; si no desova, se la llevan al monte, y ahí la matan, le quitan los huevos y salen a la playa a buscar otra”, reveló.
Las tortugas, indefensas, son inmovilizadas con un golpe de mazo en la cabeza, por eso encontramos muchos cadáveres con el cráneo destrozado.
“Le estrellan todo lo que es la cabecita o el cráneo y pues la tortuga tiende nada más a privarse, porque no muere, entonces a esa tortuga prácticamente viva la están destazando”, indicó.
El hombre dedicado a esta actividad ilícita desde hace más de 40 año dio a conocer que el huevo de tortuga se vende a peso y la carne, lo que es la pulpa en 50 pesos el kilogramo, cuando hay algún comprador de la ciudad de Oaxaca o Pochutla.
“A veces nada más lo que te interesa son los puros huevos, y ahí dejas a la tortuga viva, incluso a veces nada más la rajamos para que al rato venga el zopilote y se las coma”, explicó.
Impunidad, es lo que predomina en estas comunidades, donde el 40 o 50 por ciento de los pobladores heredan de generación en generación esta actividad ilícita, que enseñan a sus hijos desde muy pequeños.
“Pues lo primero que me enseñaron a mi es a ir a saquear huevos de tortuga o matar a la tortuga para vender la carne o tener carne para comer en la casa”, relató.
El huevero comentó que es muy raro que la policía detenga a algún saqueador y cuando esto ocurre, salen libres a las pocas horas después de que es presentado ante el Ministerio Público.