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La violencia social permea la realidad cotidiana de un gran número de comunidades a lo largo y ancho del territorio nacional, en el estado de Puebla solíamos sentirnos a salvo y señalar al norte del país y a otros estados como el terreno de las atrocidades, los asesinatos, los feminicidios y las desapariciones. Las noticias de los últimos días nos hablan de que una violencia exacerbada se ha mezclado en las relaciones sociales a todos los niveles y de que Puebla no es ninguna excepción.
Ante esta situación, Jenny Hidalgo González, Presidenta del Consejo Directivo de la Red de la Infancia y la Adolescencia RIA Puebla, la cual cuenta ya con 11 años de ser fundada en el Estado, junto con la Alianza por la Infancia y sus Familias (AIFAM) en Puebla, hicieron un llamado a los 3 niveles de Gobierno, a las Universidades, a los Medios de Comunicación y a la Sociedad en General, para unir fuerzas y trabajar en favor de la paz.
Indicó que las Organizaciones que conforman la Red de la Infancia y la Adolescencia, consideran de manera fundamental que se diseñen, implementen, multipliquen, impulsen y evalúen programas de apoyo al desarrollo infantil y comunitario.
El fortalecimiento integral de las familias –especialmente de aquellas que enfrentan pobreza y marginación-, la educación con perspectiva de igualdad de género y la garantía de los derechos de niñas, niños y adolescentes; son elementos fundamentales para articular medidas efectivas de erradicación de la violencia y de impulso del desarrollo social.
Colocar a las niñas, los niños, las y los adolescentes entre las prioridades de la agenda pública es una decisión inteligente en todo tiempo. El bienestar de este sector de la población está directamente relacionado con el índice de desarrollo humano, con la reducción de la pobreza y con la disminución de la violencia. Garantizar que cada niña y niño cuente con un ambiente familiar y comunitario que promueva el acceso a la totalidad de sus derechos, es construir comunidades seguras para todas y todos. Desde la RIA y la AIFAM hacemos un llamamiento para que tanto las autoridades como la sociedad civil apostemos por acrecentar la solidaridad y el respeto genuino a los derechos en todos los ámbitos de nuestro quehacer.