¡Síguenos!En la última década, diversas empresas del sector de alimentos y bebidas, como Bimbo, Heineken CM, Nestlé o Grupo Modelo-AB InBev han buscado transitar a un modelo de producción que involucre la adopción de energía renovable.
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Estas compañías siguen la tendencia de los sistemas regulatorios de Europa, que se caracterizan por una normatividad más estricta cuando se habla de contaminación, dice Marco Montañez, analista de consumo de Vector.
“Las empresas se preocupan porque, al no utilizar energía renovable limpia, tendrán que pagar ciertas multas o bonos de carbono que se establecen regionalmente, y eso es una situación negativa para sus resultados, sobre todo para las empresas públicas”, explica.
“También es un tema de impuestos, ya que cuando produces con este tipo de energía, el costo de inversión es más bajo”, comenta José Cebeira, analista de alimentos y bebidas de Actinver.
En México la reforma energética de 2013 ha permitido que las empresas comiencen a invertir en mayor medida en este rubro.
“En este marco, las compañías se enfrentan a la responsabilidad de rediseñar su abastecimiento de energía, siendo necesario encargarse de adquirir energía eléctrica en el Mercado Eléctrico Mayorista (MEM) o evaluar si el esquema de autoabastecimiento legado sigue siendo la opción apropiada para alcanzar los objetivos de su negocio”, de acuerdo con la consultora KPMG.